“Quien tiene un por qué vivir, soporta todos los cómos”

Friedrich Wilhelm Nietzsche, gran filósofo alemán de finales del siglo XIX, afirmó que “quien tiene un por qué vivir, soporta todos los cómos”. Nietzsche pretende concluir que quien tiene una clara conciencia de la motivación que dirige su vida, hará todo lo necesario para lograr lo que se ha propuesto. Lo que dirige el rumbo del éxito de una persona es la motivación con la cual afronte la vida, porque de esa motivación nacen las ganas de aprender, el tiempo para invertir, la voluntad para encontrar las oportunidades y todo lo que sea necesario para lograr lo que se ha propuesto.
En una empresa, la situación funciona del mismo modo. Sólo si los colaboradores están profundamente motivados, aportarán todos sus conocimientos, su tiempo, su esfuerzo y su voluntad para hacer de la empresa una institución exitosa y efectiva. Pero, ¿qué hacer para lograrlo?, ¿cómo lograr motivar a los colaboradores cuando las circunstancias no siempre son las más alentadoras? A continuación comparto tres sugerencias que pueden dar ideas concretas de estrategias de motivación empresarial.

A nivel operativo, el interés fundamental es terminar el trabajo asignado. Por tal motivo, a manera de agradecimiento y bonificación, sugiero ofrecer la posibilidad de salir una hora antes los días viernes (16hrs). Todo operario que cumpla con sus asignaciones (cantidad y calidad) podrá salir el viernes a las 16hrs. Como un agradecimiento y reconocimiento por su efectividad en el trabajo. De este modo los colaboradores sentirán que ser eficientes y eficaces no solo les beneficia sino que los superiores lo ven con agradecimiento y con reconocimiento. Más que el salir temprano, seguramente el sentirse reconocido será esencial para él/ella.

A nivel de asistencia, el objetivo de los puestos consiste en ofrecer todas las facilidades logísticas y administrativas a la persona que se asiste. Yo sugiero promover un plan de empoderamiento de los puestos de asistencia para transformarlos en puestos de asesoría, donde tengan la oportunidad de sugerir e incluso de tomar ciertas decisiones por la persona a la que asisten. Sería un plan a mediano plazo para que el asesor vaya aprendiendo e involucrándose en su rol con propiedad. Programaría reuniones constantes para construir la agenda mensual  y semanal, definiría acompañamiento e incluso participación (solo) en reuniones. Esto promovería el autoestima, el empoderamiento y la valía de este nivel de puestos. 


Finalmente, me parece que lo que los puestos gerenciales requieren un genuino liderazgo. Propongo un plan de promoción del liderazgo. Un plan de empoderamiento para gerentes de 3 meses sobre habilidades gerenciales. Posteriormente se les dará la libertad de hacer un proceso de empoderamiento de su área, de modo de dar autonomía a cada gerente. Cada semana se harán reuniones grupales para compartir buenas prácticas que sirvan a los demás, para ser colaborativos. Esto dará a los gerentes el valor de sentirse artífices de climas sanos y efectivos de trabajo.


Imaginemos sociedades, grupos sociales, familias, grupos de amigos y empresas compuestas por personas fuertemente motivadas, con claras convicciones de querer aportar con su esfuerzo y trabajo algo grande para el mundo. Que maravilloso sería el mundo si todas las personas que lo conformamos decidiéramos dejar un legado trascendental en el mundo al irnos de él.

Comentarios

Interesante, falta mucha madurez emocional en quienes ejercen el liderazgo empresarial para reconocer el esfuerzo de los colaboradores y el impacto de este en las empresas... ojalá todos leyeran tu artículo.

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