¿Con qué ojos ver la realidad?

Las últimas semanas han sido interesantes en cuanto al correr de nuestra historia local. Por un lado, el señor presidente presenta todos los grandes resultados de sus casi dos años de gestión gubernamental. Sin embargo, por el otro lado, Guatemala es catalogado como uno de los países más corruptos de América Latina, se evidencia una altísimo margen de casos de desnutrición crónica, la realidad del congreso es un poco peor que caótica, el transfugismo está en su máxima expresión y entre préstamos y deudas nos estamos metiendo cada vez más profundo en la lipidia de nuestra realidad.

Ante esta situación bipolar me surgió la pregunta: ¿Con qué ojos ver esta realidad?, con los ojos de nuestro galardonado presidente y su gente, o con los ojos de las grandes mayorías de nuestro país, que ya ni siquiera se catalogan por clases sociales sino por situación influyente desde la perspectiva de intereses políticos en turno.

En mi muy humilde opinión, el camino a una posible respuesta a esta interrogante sería la construcción de un criterio genuino, maduro y coherente en la juventud de nuestro país. En la medida en la que construyamos con nuestras acciones y nuestra participación, jóvenes más comprometidos, más cultos, más involucrados, con mayor y mejor criterio ante los acontecimientos, será posible comenzar a vislumbrar un nuevo panorama social y político, que ya no esté marcado por el sensacionalismo de UN crimen resuelto o de UNA trágica muerte, sino que incluya un análisis profundo de las situaciones sociales, políticas, culturales, económicas y humanas que envuelven cada uno de estos acontecimientos.

En conclusión, es urgente (a mi criterio) que comencemos a pensar, a reflexionar, a analizar y a criticar nuestro hoy para construir un mejor mañana.